Como nos  

conocimos

 

Dicen los sabios que las cosas buenas tardan en llegar, pero lo correcto es decir que las buenas nunca llegan tarde. 

Nos conocimos, o más bien interactuamos de forma breve pero precisa, un 18 de abril del 2,018 bajo circunstancias poco ideales. El encuentro fue una serena conflagración, sin embargo nos permitimos bailar alegremente una o dos canciones a la vista de un par de ojos que miraban con desapruebo la danza que aunque inocente, caldeaba la coquetería (al menos la mía).  

Pasaron un par de años, para ser exactos 3 años, 5 meses, 10 días y algunas horas (pero ¿quien es tan intenso como para contar con tanta precisión el tiempo?... ¿Verdad ?...) y con suerte, yo (Joel) reuní suficiente valor para comentar una foto de Génesis en un estado de Facebook el 23 de septiembre del 2021, en esas horas de la madrugada donde la vergüenza se pierde y los ingeniosos enamorados montan su estrategia de conquista.  

Para mi suerte ese comentario dio pie a una conversación de varios días de forma ininterrumpida.

Uno de esos días, nos permitimos una primera cita, no sin antes haberme rechazado una invitación previa. Se hizo la difícil, pero se que mi humor ácido y mi indudable manera alegre de ser (quienes me conocen saben que soy muy alegre,) terminaron calando en su cálido corazón.  

Los días pasaron y nos hicimos novios, de una forma poco ortodoxa. Yo decidí prepararme y ser asertivo y directo. Estaba de turno en una clínica un miércoles 1 de diciembre del 2,021 a la 1 de la madrugada, ella estaba en tu casa, cuando sin más rodeos tome lo que me pertenece… Su amor.  

Con un cálido y penoso mensaje escribí…"Sabes algo, vos ya sos mi novia”. Ante el asombro que cualquier mujer hubiera sentido por mi atrevimiento conchudo, me dijo que estaba loco. Le dije que si, que de todas formas no le estaba preguntando, que si me robó el primer beso, era obligatorio que nos hiciéramos novios.  

Se rió y me dijo: bueno está bien, somos novios (al sol de hoy no puedo creer que funcionara).